¡¡Fuyumi cuidado!!- grité, pero ya era demasiado tarde, Fuyumi se desmayó y cayó al suelo, pálido de miedo fui corriendo llevando a Fuyumi en mis brazos, sin mi magia de fuego, la cual no podía utilizar ya que le haría más daño, se me helaban los brazos y el cuerpo camino al hospital de sus tierras, su reino era algo frígido y congelante, pero despampanante a la vez, estaba a punto de caer cuando logré encontrar una granja en los territorios del Reino de hielo...
¿Pero que hace el Rey del reino de fuego invadiendo el territorio de la princesa de Hielo?-
Es por eso mismo que estoy aquí, estábamos paseando por mi reino la Princesa y yo cuando olió una Flor Ignis Archer, ahora está inconsciente y al borde de la muerte-
¡Santo cielo!, déjeme llevarlo con mi carreta hasta el hospital-
Tardamos cerca de 30 minutos en llegar hasta el hospital de la capital del Reino Hielo, los doctores formularon la cura para ella mientras, alarmado estaba esperando en la sala...
Cuando me desperté, me encontraba en la misma cama de hospital que el día en que me convertí en la princesa de hielo, pero había algo raro, no recuerdo haber llegado hasta allí, giré la cabeza y vi que apoyado de brazos cruzados estaba Ichika, dormido con una cara preocupada, decidí no darle más vueltas y despertarlo cuando:
Oh, hermosura perdida, oh, gobernante suprema de estas tierras, ¿me autoriza para entrar en esta sala?-
¿Oh?, ¿Quien toca Fuyumi?-
¿Queeeeeee?- escuché mientras el tipo extraño pateaba la puerta- ¿Quien eres?
Soy el rey de fuego, he estado cuidando de Fuyumi mientras se recuperaba de oler una Ignis archer-
¿que pasa aquí?, ¿quien eres tú?-
Yo soy el Príncipe de Acero, el único que mantiene su propia sangre aparte del corazón, y he venido a desposarme con mi prometida-
¿Queeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee?-
No hay comentarios.:
Publicar un comentario